El uso de ordenadores, ¿afecta a la visión?

Sabías que las personas que trabajan con ordenadores ejecutan cada día entre 12.000 y 35.000 movimientos de cabeza y ojos, sus pupilas reaccionan entre 5.000 y 17.000 veces, y llevan a cabo entre 25.000 y 30.000 pulsaciones en el teclado? Según los expertos, el uso excesivo de videoterminales de ordenador puede provocar el denominado síndrome Visual Informático, molestias relacionadas sobre todo con la visión, los músculos verticales, muñecas, estrés e irritabilidad.

Aunque estas anomalías son en la mayoría de las ocasiones subsanables y transitorias, es bien sabido que son, sin embargo, causa de un gran porcentaje de bajas laborables y de reducción en el rendimiento. Son trastornos derivados de trabajar con el ordenador, pero no motivados por él. Es decir, el ordenador no suele causar estos problemas: el origen de los mismos se encuentra en un abuso o mal uso del aparato.

Soy un usuario habitual de ordenadores. ¿Qué debo hacer para evitar los síntomas del Síndrome Visual Informático?

Prevenir estos problemas es muy sencillo: basta con seguir los consejos de ergonomía visual que encontrarás a continuación en la ilustración. Al trabajar con pantallas de forma prolongada y habitual, algunas deficiencias oculares sin importancia se pueden convertir en lesiones más o menos graves. Por ello, la primera recomendación a la hora de trabajar con ordenadores es someterse a una revisión optométrica y oftalmológica. Algunas veces se llega a la consulta del especialista con un trastorno visual que se atribuye al uso del ordenador, cuando lo que existía era un problema de base sin tratar que se manifestó tras muchas horas frente a la pantalla.

-Pantalla:

La pantalla debe ser orientable a voluntad, con el fin de acomodarla a las posturas que se adopten, y para optimizar los ángulos de visión, así como evitar reflejos. Debe ser también regulable en cuanto a brillo y contraste, para adaptar éstos a las condiciones del entorno. Además, los mandos, interruptores y botones deben ser fácilmente accesibles, con el fin de que permitan una sencilla manipulación.

Procura que la pantalla este siempre limpia. Las huellas y demás suciedades también provocan reflejos.

La radiación que emitan en la actualidad las pantallas de ordenador es mínima, y no supone ningún peligro. Sin embargo, los campos electrostáticos atraen el polvo, lo que puede afectar a las vías respiratorias e irritar los ojos. Esto puede evitarse con un grado adecuado de humedad en el ambiente.

-Caracteres:

Los caracteres tienen que estar bien definidos, con un buen nivel de contraste con respecto al fondo, de tamaño suficiente y con un espacio adecuado entre los renglones. Esto facilita la legibilidad. Es preferible trabajar con estas características y modificarlas, si se desea, en el momento de la impresión.

Trabaja con texto negro sobre fondo blanco. Debes procurar no abusar de los colores.

-Colores:

Los colores de la pantalla han de ser claros y mates. Así se evitan reflejos.

-Imagen:

La imagen de la pantalla ha de ser estable, sin destellos, reflejos, centelleos ni reverberaciones.

-Atril:

ambién en conveniente usar un atril para los documentos, colocándolos a una distancia equivalente a la de la pantalla, y a su misma altura. De esta forma no se baja y se sube constantemente la cabeza para mirar, y se reduce la fatiga visual.

-Ubicación:

Sitúa la pantalla a una distancia entre 50 y 60 centímetros. Nunca a menos de 40 centímetros.

La parte superior de la pantalla debe estar a una altura similar a la de los ojos, o ligeramente más baja. El monitor se sitúa así en la zona óptima de visión, comprendida entre los 5 y los 35 grados por debajo de la horizontal visual, en la cual todo se contempla sin ningún esfuerzo. De esta forma, la vista no se resiente y se evitan posturas lesivas.

La pantalla ha de colocarse perpendicularmente a las ventanas. Nunca enfrente o de espaldas a ellas. En el primer caso, al levantar la vista, se pueden producir deslumbramientos. En el segundo, los reflejos de la luz natural sobre el cristal son inevitables.

-Pausas y ejercicios:

Descansos de 5 minutos cada hora. Durante estas pausas hay que descansar los ojos, enfocando escenas lejanas. Se puede simplemente cerrar los ojos con la ayuda de las palmas de las manos, pero sin presionar. Otro ejercicio muy efectivo es el de sentarse correctamente y mirar al frente. Después, sin mover la cabeza, desviar la mirada todo lo posible hacia la izquierda, y luego a la derecha.